Sensibilización del cáncer de próstata en la comunidad perteneciente a la vereda Bellavista del municipio de Imues 2025

Abstract

El cáncer de próstata, definido como el crecimiento maligno de la glándula prostática, se posicionó como uno de los tipos de cáncer más prevalentes en hombres a nivel global y la segunda causa de mortalidad en esta población. El cáncer de próstata es el crecimiento maligno de la glándula prostática, este es uno de los tipos de cáncer más comunes en millones de hombres a nivel mundial y constituye la segunda causa de mortalidad en esta población, para el 2022 de acuerdo al observatorio mundial de cáncer se diagnosticaron 1.414.259 casos nuevos de cáncer de próstata en todo el mundo y una mortandad de 375.304, con una mayor prevalencia en los países desarrollados (Global Cancer Observatory, 2022). Los factores de riesgo se identificaron como multifactoriales. La edad avanzada (mayores de 65 años) fue el principal determinante, seguida de condiciones como obesidad, tabaquismo, consumo de alcohol, enfermedades de transmisión sexual y antecedentes étnicos los hombres afrodescendientes mostraron mayor susceptibilidad a variantes agresivas (García et al., 2017; Perdana et al., 2017). Aunque la detección temprana mediante tamizaje (PSA y tacto rectal) redujo la mortalidad, persistieron barreras: en Nariño, la tasa de incidencia fue de 29 casos por 100.000 habitantes entre 2007 y 2021, y en Pasto, su capital, la mortalidad alcanzó 14.51 por 100.000 hombres, posicionándola como la tercera causa de muerte por cáncer (Ministerio de Salud y Protección Social, 2022; Alcaldía de Pasto, 2020). Este escenario se evidencia en zonas rurales como la vereda Bellavista (Imués), donde el acceso limitado a servicios de salud, la desinformación y los mitos culturales como el temor al examen rectal dificultaron la prevención. Estudios como el de Lozano y Gamboa (2013) destacaron la paradoja del tamizaje: aunque su costo-efectividad fue controvertida, su implementación estratégica siguió siendo vital en contextos con alta carga de enfermedad y bajo conocimiento de factores de riesgo. Las tasas de incidencia y mortalidad del cáncer de próstata están fuertemente relacionadas con la edad avanzada, mayores de 65 años. No obstante, se estima que los hombres afrodescendientes tienen las tasas de incidencia más altas y el tipo de cáncer de próstata más agresivo en comparación con los hombres blancos (García et al, 2017). Cabe destacar que, a nivel regional, según el Ministerio de Salud y Protección Social, entre el 2007 y 2021 en Nariño, la tasa de incidencia de cáncer de próstata fue de 29 casos por cada 100.000 habitantes (Ministerio de Salud y Protección Social, 2022). Ante esta realidad, surgió la necesidad de intervenciones educativas focalizadas. Este estudio implementó una jornada de sensibilización en Bellavista para promover prácticas preventivas, desmitificar creencias y fortalecer el acceso a diagnóstico oportuno. La iniciativa se alineó con las directrices de la American Cancer Society (2020b), que enfatizaron la combinación de ejercicio, dieta saludable y tamizaje como pilares para reducir la incidencia. La investigación se desarrolló bajo un enfoque cuantitativo y un paradigma positivista, orientado a la medición objetiva del conocimiento que posee una población masculina rural sobre el cáncer de próstata. El estudio fue de tipo descriptivo y transversal, utilizando como técnica principal la encuesta estructurada, aplicada en dos momentos (pretest y postest) para identificar cambios en el conocimiento antes y después de una intervención educativa. Este diseño permitió no solo describir el estado inicial del conocimiento, sino también evaluar el impacto de la estrategia formativa, enfocada en la sensibilización y prevención en salud. La población objetivo estuvo conformada por 25 hombres mayores de 40 años, residentes de la vereda Bellavista en el municipio de Imués, seleccionados bajo criterios de inclusión específicos como permanencia mínima y consentimiento informado. Se excluyeron individuos fuera del rango etario, sin consentimiento válido o con barreras de comprensión que limitaran su participación efectiva. El cuestionario aplicado constó de 34 preguntas divididas en cinco categorías temáticas, abarcando aspectos sociodemográficos, conocimientos sobre la enfermedad, hábitos de vida, diagnóstico y tratamiento, y percepción de campañas. Los datos fueron tabulados en Excel y analizados descriptivamente para sustentar las conclusiones y recomendaciones del estudio. Los resultados del estudio evidencian un conocimiento alarmantemente bajo sobre el cáncer de próstata en la comunidad masculina de la vereda Bellavista (Imués, Nariño), donde el 84% desconoce qué es esta enfermedad y el 100% nunca ha oído hablar de la próstata ni conoce sus síntomas, ubicación o formas de detección. La mayoría de los encuestados son mayores de 50 años, tienen bajo nivel educativo y escaso acceso a servicios de salud, con hábitos de vida poco saludables (76% no acude al centro de salud, 60% no hace actividad física, y el 100% no relaciona alimentación con salud). Además, prevalece el miedo al examen de detección (88%) y un desconocimiento total sobre métodos diagnósticos y tratamientos. A pesar de este panorama, el 96.15% reconoce la importancia de las campañas de sensibilización, lo que representa una oportunidad clave para implementar intervenciones educativas eficaces y culturalmente pertinentes que contribuyan a cerrar estas brechas de información y promover una cultura de prevención en salud masculina. La estrategia pedagógica implementada permitió revertir significativamente este panorama, mejorando el conocimiento general sobre la glándula prostática, sus patologías y los tratamientos disponibles. No obstante, persisten barreras culturales y estructurales como el temor a los exámenes de detección y el limitado acceso a servicios médicos especializados— que demandan una respuesta institucional sostenida. Este estudio reafirma la necesidad de campañas educativas continuas, culturalmente pertinentes y articuladas con el sistema de salud local, para combatir el analfabetismo funcional en salud y promover una cultura de autocuidado que contribuya a reducir la mortalidad por cáncer de próstata en contextos rurales