LA MUERTE EN EL CAPITULO II PARTE CUARTA DE LA OBRA EL SER Y LA NADA DE JEAN PAUL SARTRE.
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Cadavid Guerrero, Ivan Andres
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Resumen
MUERTE EXISTENCIAL, ACTITUD, SENTIMIENTOS, RECREARSE. A lo largo de este trabajo, no se pretende ofrecer una solución medicinal al problema de la muerte existencial, pero si, busca ofrecer una posible actitud ante cada categoría de muerte. Esta actitud debe recrearse y retroalimentarse por el sujeto que la contempla, puesto que va a presentar pequeñas variaciones respecto del ser y el tiempo que la contemplan. En ese orden de ideas, lo primero a considerar es que la vida es un camino en el que el hombre avanza sin forma de detenerse. La consideración de ese camino es el punto de partida para cualquier consideración respecto de la actitud que debemos asumir para no permanecer en esa situación de caos que llamamos muerte. Es así como ocurre que el hombre oscila entre el ser y la nada. Se propone un fin, cualquiera que sea y se percata que está en el lado del no ser, de la nada, y esa conciencia hace surgir un deseo profundo existencial por afrontar su miseria y proponerse la búsqueda impenetrable de ese fin. El hombre empieza a caminar. Sin embargo cuando el hombre considera la posibilidad de conquistar el fin propuesto siente miedo, que no es otra cosa que considerar la posibilidad del fracaso. Pero el hombre avanza hasta encontrar un obstáculo que amenaza impedir el fin, el hombre se turba y siente angustia y avanza porque no hay nada más seguro en la vida que nuestro caminar constante. Avanza y de pronto se trunca definitivamente el camino, entonces la crisis, que es el no ser, volver sobre el punto de partida y considerar la frustración que tiene que ser pasajera y de nuevo el hombre echa a andar, a trasegar de nuevo en busca del mismo ser. Pero algún día llega, alcanza ese ser codiciado y padece un sentimiento de placer absoluto, pero de victoria momentánea puesto que esa consecución nos pone frente a otras posibilidades, es decir, nos da a escoger varios fines o seres que debemos alcanzar y en ese momento hacemos uso de la libertad. Ponemos en efecto la acción que es la única manera de lograr el ser y volvemos a transcurrir por el camino. Y si llegamos volveremos y así sucesivamente hasta el fin. En resumidas cuentas, el hombre oscila, camina, usa su libertad y padece para poder caminar de nuevo, el hombre padece la muerte para ser impulsado hacia la vida. El hombre está sujeto a la premisa de Shakespeare en el Hamlet "ser o no ser, esa es la cuestión".
