Estrategias para el fortalecimiento de las capacidades técnicas de la planta de tratamiento de agua potable (PTAP) de la vereda Santander - Municipio de Tangua

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Eraso Rodriguez, Karen Nathalia
Santacruz Erazo, Lina Maria

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Resumen

El acceso al agua potable es un derecho humano esencial reconocido por la ONU (2010); sin embargo, en Colombia, 3.2 millones de personas aún carecen de este servicio, siendo la situación más crítica en las zonas rurales (Minvivienda, 2023). Aunque en algunas comunidades existen plantas de tratamiento de agua potable (PTAP), su uso inadecuado, principalmente por limitaciones económicas, desconocimiento de la tecnología implementada y factores sociales y ambientales impide garantizar un suministro seguro para el consumo humano (Varón, 2014). En este sentido, la presente investigación estuvo orientada a establecer estrategias para el fortalecimiento de las capacidades técnicas en la planta de tratamiento de agua potable (PTAP) de la vereda Santander, municipio de Tangua. Para ello, se llevó a cabo un diagnóstico técnico que permitió identificar las principales debilidades en las etapas de operación. Específicamente, se detectó un problema en la etapa de coagulación, por lo que se implementaron estrategias como el test de jarras para determinar la dosis óptima del coagulante y evaluar su eficiencia, así como el ensayo de breakpoint para establecer la dosis óptima de cloro en la etapa de desinfección. Además, se propone la capacitación del personal encargado del mantenimiento en aspectos técnicos. Finalmente, se sugiere la adquisición de equipos portátiles de medición, como turbidímetros y pH-metros, junto con una caracterización periódica del agua del afluente, lo que permitirá un control más preciso del proceso de tratamiento. Los resultados obtenidos evidenciaron un Índice de Riesgo de la Calidad del Agua (IRCA) del 87.4% en el año 2024, lo que clasifica el agua como inviable sanitariamente, de acuerdo con la Resolución 2115 de 2007. Este valor refleja un alto riesgo para la salud de los consumidores. Por otro lado, a partir de las pruebas de laboratorio, se identificó una dosificación inadecuada del coagulante, lo que redujo la eficiencia en la remoción de turbidez y generó un incremento en los costos operativos. Con base en estos ensayos, se determinó que la dosis óptima de sulfato de aluminio es de 300 g por cada 100 litros de agua. En cuanto a la etapa de desinfección, las pruebas demostraron una cloración deficiente, lo que impidió la eliminación eficaz de patógenos, reflejándose en la persistencia de coliformes totales y Escherichia coli en el agua tratada. Para mejorar este proceso, se estableció que la dosis óptima de hipoclorito de calcio es de 250 g por cada 100 litros de agua, lo que garantiza una desinfección efectiva bajo condiciones controladas. Adicionalmente, se observó que la ausencia de mediciones in situ de pH y turbidez dificulta el seguimiento del proceso de tratamiento, y que la falta de regulación del gradiente de velocidad y del tiempo de contacto afecta negativamente la eficiencia del sistema. Con base en estos hallazgos, se recomienda la implementación de una prueba piloto bajo condiciones reales de operación, con el propósito de validar la eficacia de las dosis óptimas determinadas en este estudio, ajustar los parámetros operativos y contribuir al fortalecimiento integral del sistema de potabilización.

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